La hibernación (brumación sería un término más apropiado para un reptil) es un proceso biológico fisiológico que realizan algunas especies de reptiles en libertad. La hibernación es un mecanismo biológico de adaptación a un medio hostil durante un determinado período de tiempo, pero nunca es un proceso obligatorio. De hecho, en determinadas especies el período hibernación es muy variable según dónde habiten. Es por todo ello que una hibernación forzada no está nunca justificada.
Por supuesto sólo deben dejarse brumar aquéllas especies que estén fisiológicamente preparadas para ello, es decir, aquéllas que lo hagan en su hábitat natural.
Si el propietario decide dejarlas en estado de letargo, éste debe ser controlado, en refugios apropiados, limpios, con buena ventilación y aislados; el animal debe pasar el invierno en el interior de la vivienda o lugar protegido y nunca por debajo de los 5 grados centígrados. No se les debe ofrecer alimento en las semanas más frías, únicamente agua y no se les debe obligar a despertar con calor artificial ni baños cálidos. Un mes antes de la hibernación (durante Noviembre), los animales deben recibir paulatinamente menos alimento y se les deben dar muchos baños diarios para que consigan una correcta hidratación, los quelonios acuáticos deben hibernar bajo agua o enterrados en zonas húmedas.
Nunca hibernar animales menores de 5 años, nunca hibernar animales debilitados o enfermos o en recuperación de enfermedad o cirugía, no dejar hibernar durante más de tres meses.
Previamente y tras la hibernación, en Otoño y Primavera respectivamente, los quelonios deben pasar un chequeo médico completo o, al menos, una revisión general. En el Centro Veterinario Serval ofrecemos todos los servicios médicos y de asesoramiento para el manejo y dieta de sus tortugas mascota.
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